Atrévete...: La medida del tiempo

sábado, 7 de julio de 2012

La medida del tiempo


El tiempo es utilizado en todo momento. Actualmente basta con echar un vistazo al reloj o al móvil. ¿Pero cómo era antes?

A lo largo de la historia se han diseñado procedimientos e instrumentos adecuados para la medida precisa del tiempo.

Los primeros relojes fueron los relojes de sol, en los que la sombra de una varilla mide el tiempo sobre una escala. El reloj de arena y la clepsidra o reloj de agua miden el tiempo a partir del vaciado de un recipiente. Son prácticos y sencillos, pero carecen de suficiente precisión.



A partir del siglo XIII se difundió el reloj de pesas: consta de una pesa atada a una cuerda enrollada en un cilindro; la caída de la pesa produce el giro del cilindro, que se aprovecha para mover las piezas del reloj; cuando la pesa llega a su punto más bajo, el mecanismo deja de funcionar y es preciso elevar de nuevo la pesa.

No se consiguió fabricar relojes más precisos que los relojes de sol hasta el sigo XVII, cuando se inventó el reloj de péndulo, y se incorporó el áncora a su mecanismo; un péndulo que actúa sobre el áncora hacer que las ruedas dentadas se muevan a intervalos regulares y transmitan el movimiento a las agujas que marcan las horas y los minutos.

Los primeros relojes de bolsillo se fabricaron en el siglo XV.Obtienen la energía necesaria para mover las ruedas y los engranajes de un muelle o espiral. Se denominan por ello relojes de resorte. Dar cuerda a un reloj consiste en tensar el muelle cuando se ha distendido.

El primer reloj eléctrico se construyó en 1918; el movimiento de sus piezas se logra por la acción de un electroimán. En 1957 se fabricaron los primeros relojes que funcionaban con pilas eléctricas. El reloj de cuarzo, que aprovecha las vibraciones de un cristal de cuarzo para sincronizar el movimiento de las piezas, se inventó en 1929 y alcanza una precisión de 0.3 segundos por año.



Para experiencias de laboratorio de alta precisión se emplean relojes atómicos, inventados en 1946, en los que se aprovechan las vibraciones de algunos átomos, como el cesio (Ce).


Algo tan sencillo como saber que hora es con una precisión fascinante, hace mucho tiempo era algo impensable. La investigación sin duda es necesaria 

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